¿Cómo se vive en la frontera?

En los últimos meses, las propuestas del actual presidente electo de Estados Unidos sobre migración y fronteras han puesto estos temas en los ojos del mundo. Frente a propuestas como levantar un muro fronterizo y el endurecimiento de las actuales políticas migratorias, se abre una pregunta que quizás no nos hacemos con mucha frecuencia en nuestro país: ¿cómo se vive en la frontera?

Para responder a esta pregunta, lo primero es resolver a qué nos referimos cuando hablamos de fronteras. Si revisamos un mapamundi (o Google Maps) veremos las divisiones geopolíticas entre los países. Todas tienen orígenes distintos, unas pueden ser accidentes geográficos como ríos o montañas, otras tienen un origen un poco más político o bélico y, en algunos casos, pueden ser herencia de épocas coloniales. Las fronteras de nuestro país como las conocemos se han configuraron en el período republicano y, en algunos casos, continuando modificándose, como es el caso de los nuevos límites marítimos que compartimos con Chile y que fueron fijados en el 2014.

A diferencia de lo que sucede en el norte del continente americano, en la región sur se respira un clima de tranquilidad territorial en el que, más que enfrentamientos o construcciones de muros, los países vecinos buscan un futuro común. En varios puntos fronterizos las poblaciones conviven al lado de otras. Y si bien hay mucho por lo que trabajar (la presencia estatal es aún una tarea pendiente en muchas comunidades limítrofes de la selva), existe una voluntad por convivir en paz.

Dos ciudades que son una

Uno de los casos más representativos que evidencia cómo se vive en la frontera está al norte del país en el límite con el Ecuador, entre las ciudades de Aguas Verdes y Huaquillas. La primera es parte del departamento peruano de Tumbes y la segunda de El Oro en Ecuador. Desde 1985, con mucho esfuerzo se ha establecido un estrecho vínculo gracias al puente binacional que cruza el río Zarumilla y une ambas ciudades en un vibrante intercambio comercial y cultural.

Todos los días, este espacio limítrofe se convierte en un gran centro comercial lleno de tiendas, galerías y ambulantes, y por el que peatones y estibadores de ambas nacionalidades cruzan de un lado a otro para cambiar de país en cuestión de pocos metros. Esta cotidianeidad ha borrado los recuerdos amargos de los impases y conflictos entre los dos países a lo largo del siglo XX, zanjados definitivamente en octubre de 1998.

Volviendo a la pregunta que planteamos cuando abrimos esta nota, al pensar en cómo se vive en la frontera de dos países es casi inevitable que pensemos en términos de la separación, en acá y allá, en ellos y nosotros. La frontera entre Perú y Ecuador, sin embargo, nos lleva a ver que la realidad es distinta. Ese “acá y allá” no existe en la vida diaria de esas personas. La convivencia, los negocios, los lazos de amistad e incluso los lazos familiares han ayudado a evidenciar que los estos límites son solo construcciones políticas que sirven para delimitar la propiedad de un territorio, las funciones y responsabilidades administrativas que debe asumir cada uno de los estados.

Más allá de los episodios históricos que por momentos nos han separado, la relación actual y futura entre peruanos y ecuatorianos busca soluciones comunes para nuevos problemas como el contrabando, la lucha contra la minería ilegal, la inseguridad ciudadana, el desarrollo comercial y la educación. Actualmente, hay una profunda preocupación en los ciudadanos de ambos lados, ya que se encuentran afectados por el proyecto vial que lleva el tránsito comercial por un nuevo puente, ubicado a unos cuantos kilómetros del actual. Esta nueva ruta ha afectado a muchos de los negocios ubicados cerca del puente binacional. La cantidad de empleos disponibles ha disminuido considerablemente ocasionando un serios problemas para los jóvenes que buscan un trabajo.

A pesar de algunos de los problemas que se viven en la zona, también existen planes ambiciosos. Una de las propuestas que  se discute entre las autoridades de ambas ciudades es la creación de una universidad binacional, en la que jóvenes asistan a estudiar y emprendan un futuro con otro tipo de oportunidades.

Más allá de la división entre países, en la práctica vemos que los lazos que se crean entre los pobladores terminan creando una sola gran comunidad. ¿Alguna vez has visitado esta u otra frontera? Cuéntanos cómo fue tu experiencia.

Los niños de la frontera

Si te quedaste con más ganas de saber cómo se vive en la frontera puedes ver el cortometraje Tesoros de la frontera de Malú Cabellos en el que se muestra la vida entre Perú y Ecuador a través de los ojos de niños de ambos países.