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Padres · 16 de Oct 2016

Gamificación: la vida hecha juego

Convertir nuestra vida cotidiana en un juego para que nuestras tareas sean más entretenidas. ¿Será posible vivir jugando?

Gamificación: la vida hecha juego

Canal IPe

¿Quién no pasó alguna vez horas jugando Tetris, el videojuego más popular de todos los tiempos? Desde su lanzamiento, este popular juego de origen ruso ha entretenido a más de 200 millones de personas en todo el mundo y, 30 años después, su vigencia sigue intacta. La dinámica del juego, que consiste en ordenar una serie de bloques que caen por la pantalla de forma cada vez más rápida, nos obliga a tomar decisiones rápidamente y a planear una estrategia para ganar. Seguro sabes perfectamente de qué te estamos hablando, pero, ¿alguna vez te imaginaste que lo que haces en Tetris o en otros juegos podría estar directamente vinculado a la forma en que vives tu vida?

 

Más allá de sus distintos grados de complejidad, los juegos suelen tener una naturaleza común: funcionan como espacios para que solucionemos problemas de forma creativa y divertida. Por eso, en los últimos años, muchos han empezado a preguntarse si es posible trasladar las dinámicas de los juegos a nuestra vida cotidiana para hacer que nuestras tareas sean más entretenidas y tengamos mayor interés en lograr nuestros objetivos. Vivir la vida jugando, ¿será posible?

Gamificación

Existen videojuegos para todos los gustos, pero siempre nos retan a resolver distintas situaciones: derrotar a un villano, construir una civilización, dirigir un hospital o hacer que Perú gane un Mundial. Si bien no siempre es posible ganar, los creadores de los juegos han encontrado el balance entre reto y recompensa  que nos motiva a seguir intentándolo. 

 

Especialistas de distintas disciplinas como la psicología o la pedagogía han empezado a aplicar esas técnicas a otros contextos como empresas o escuelas con la intención de facilitar el aprendizaje, mejorar el clima laboral y mantener motivados a sus clientes, pacientes o alumnos. Este proceso, el de incorporar elementos del juego a las tareas de la vida diaria a fin de hacerlas más divertidas o personalizadas, se conoce como gamificación.

 

La gamificación funciona cuando queremos transformar actividades tediosas como lavar los platos, hacer las tareas, sacar la basura o saludar en el ascensor en divertidos minijuegos que mantienen nuestra motivación y despiertan nuestro interés. De esa forma, comenzamos a ver las tareas y la rutina como pequeños retos que debemos superar en lugar de acciones que ejecutamos por simple inercia.  En esa línea, aplicaciones innovadoras como To-Doist Karma ayudan a gamificar la vida cotidiana, permitiendo que las personas desarrollen habilidades para mantenerse fuertes, motivadas y optimistas frente a situaciones que les cuesta superar.

 

Gamificación
To-doist Karma. Créditos de la foto: Todoist

 

Así como en los videojuegos, las personas que participan en una actividad gamificada crean personajes que los representan y los hacen únicos, solo que ya no se enfrentan a dragones o monstruos, sino a la impuntualidad, a la flojera o a un problema de álgebra. Las personas que diseñan y dirigen la actividad establecen las reglas y los objetivos de la experiencia y determinan cuáles son los retos que cada participante debe de cumplir para subir de nivel, así como los comportamientos que les hacen perder puntaje.

Escuelas gamificadas

Estos mecanismos, por supuesto, no son solo para adultos: en las escuelas se utiliza la gamificación como una estrategia para superar retos de aprendizaje, incentivar la participación, mejorar el clima escolar y hacer más entretenidas las clases. Utilizando plataformas de gamificación como Classcraft, los profesores pueden convertir un problema de aprendizaje en una actividad lúdica en la que los alumnos son los protagonistas: los estudiantes se vuelven guerreros, magos o médicos que colaboran para vencer los retos que plantea el profesor. 

 

Gamificación
Créditos de la foto: Classcraft

 

Cada estudiante tiene un personaje con habilidades y características únicas que acumula experiencia cuando el estudiante cumple con sus tareas, contesta preguntas en clase o ayuda a sus compañeros. Reforzar actitudes positivas de los alumnos en un entorno de sana competencia y colaboración, los ayuda a cumplir sus objetivos y a sentirse mejor con ellos mismos. 

 

¿Habían escuchado hablar de la gamificación?, ¿reconocen en los videojuegos de sus hijos estos espacios para que ellos resuelvan problemas mientras se divierten? Si no es así, los invitamos a jugar con ellos un rato. Disfrutar mucho de la consola o la computadora no se trata necesariamente de un vicio o una pérdida de tiempo, sino más bien de una alternativa para que los niños desarrollen habilidades importantes que luego pueden replicar en casa de forma cotidiana.

Imagen de aalcazarb

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